DIDÁCTICA DE LA
GRAMÁTICA, LA ORTOGRAFÍA Y LA CORRECCIÓN LINGÜÍSTICA.
- Definición
de gramática
En la enseñanza de una lengua viva, tanto la nativa del alumno como en
el aprendizaje de un idioma extranjero, bajo el término gramática se incluyen
tanto la morfosintaxis como otros aspectos de la lengua. Por eso, conviene en
primer lugar definir qué entendemos por este término antes de plantearnos su
papel dentro de la enseñanza de una lengua orientada a su uso.
Ignacio Bosque menciona tres
sentidos muy diferentes a los que remite el término gramática:
a) un
planteamiento metateórico y científico, la teoría sobre la gramática.
b) la
descripción gramatical.
c) la
gramática de la lengua como un saber que posee el hablante y una actividad que
lleva a cabo para construir mensajes con sentido.
Estas tres caracterizaciones no son más que una adaptación de la
conocida reflexión chomskyana sobre los tres grados de adecuación de una teoría
lingüística: explicativa, descriptiva y "observacional".
La primera se sitúa en un nivel científico: se trata de formular
reglas, hipótesis y postulados sobre el funcionamiento de un sistema
lingüístico que permitan construir un paradigma dentro del cual los hechos de
lengua puedan ser explicados científicamente.
El segundo nivel sería simplemente la descripción de los hechos de
lengua, con algún tipo de sistematización.
Y el tercero se refiere a lo que es desde el punto de vista cognitivo
y del uso la capacidad que tiene cualquier hablante de construir secuencias con
sentido, de crear oraciones que nunca ha oído a partir de un número finito de
componentes y de reglas de formación de oraciones.
Desde un punto de vista didáctico sólo los dos segundos interesan a
una enseñanza práctica. Y desde el punto de vista comunicativo de la lengua es especialmente
relevante el tercero. El primer nivel interesa a los lingüistas y los otros dos
son los que les conciernen a quienes desean hacer de la gramática un
instrumento para mejorar las competencias lingüística y comunicativa de los estudiantes.
GRAMÁTICAS:
EJEMPLOS DE GRAMÁTICAS
Desde
un punto de vista didáctico nos interesa diferenciar tres tipos de GRAMÁTICAS
(hay muchas más clases, por supuesto):
-
DESCRIPTIVAS.
Cuenta cómo es en realidad y cómo funciona una lengua. Ej: Ignacio Bosque y
Violeta Demonte (eds.) Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid.
Real Academia Española / Espasa Calpe. 1999
-
NORMATIVAS. En
español es la de la Real Academia, que señala qué es lo que se debe y no se
debe decir. Selecciona los usos correctos de la lengua. A tal efecto nos
interesa conocer la Nueva Gramática de la Lengua Española (2009), normativa,
descriptiva y panhispánica.
-
DE BASE
SEMÁNTICA, COMUNICATIVA. En español hay una gramática comunicativa, escrita por
F.Matte Bon, Edelsa, 1995, que plantea un doble análisis: onomasiológica
y semasiológica. Es una obra que hay que leer con cuidado, porque es desigual
en su contenido.
Para
un profesor de lengua española, tanto de enseñanza primaria como de
secundaria es imprescindible asimismo conocer la Gramatica Didáctica del
Español, de Leonardo Gómez Torrego, Editorial S.M. Es una gramática
descriptiva, con informaciones útiles de gramática normativa.
Asimismo,
sigue siendo una obra de referencia muy importante la Gramática esencial del
español, de Manuel Seco, Espasa-Calpe, 2004.
|
2. Las unidades de la
lengua: forma, función, significado y uso. La segmentación de las unidades.
En
el estudio de la gramática es preciso delimitar las
unidades de análisis desde el punto de vista de la lengua. Es conveniente
considerar que para un usuario del idioma no especialista en lingüística
intuitivamente lo que existen son las formas. Todo hablante de manera
inconsciente asocia unidad lingüística a forma significante, aunque esta percepción
casi nunca se corresponde con la realidad.
Pues veremos a continuación que las unidades gramaticales
han de definirse y verificarse atendiendo a cuatro determinaciones: forma,
función, significado y usos sistemáticos. La relación de las formas con las
funciones y los significados es esencial si no queremos quedarnos en un mero
formalismo lingüístico, que prescindiría de los niveles semánticos y
pragmáticos y, por tanto, no relacionaría el análisis sintáctico con las
destrezas comunicativas y con la construcción e interpretación de significados.
Desde este punto de vista hemos de considerar igualmente con
qué fenómenos guarda relación la segmentación de las expresiones y los
enunciados: con la relación entre (forma) significante y significado. Así, la
segmentación de las oraciones, de los sintagmas, de las perífrasis y de
cualquier expresión tiene que estudiarse en relación con el plano
significativo.
2.1.
El nivel sintáctico. Las unidades sintácticas y sus funciones. Tipos de
oraciones. El orden de los elementos.
El diccionario de la
RAE define así sintaxis. (Del
lat. syntaxis, y este del gr. σύνταξις, de συντάσσειν, coordinar). 1. f.
Gram. Parte de la
gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones
y expresar conceptos. La sintaxis estudia las unidades
oracionales, sus funciones, relaciones y significación.
2.1.1.
¿Qué son las unidades y cómo se determinan y analizan?
Toda unidad lingüística tiene una
FORMA reconocible, aunque no se defina exclusivamente siempre por su forma
significante. Ej: Las mismas categorías sintácticas pueden desempeñar varias
funciones (un adjetivo puede ser atributo: ´El
agua es turbia´; complemento predicativo: ´El río viene turbio´ o complemento del nombre/adyacente ´Las turbias aguas´; igualmente, la misma
función puede ser desempeñada por diversas categorías diferentes (un
complemento circunstancial puede ser un adverbio: ´Habla lentamente´ o un sintagma preposicional ´Habla de maravilla´.
Las unidades sintácticas se rigen por unas reglas que
determinan sus RELACIONES, RECCIONES Y COMBINACIONES. Ej: Un Sintagma Nominal
está formado por elementos opcionales (determinantes, oraciones de relativo,
complementos del nombre, etc.) y obligatorios (un sustantivo o elemento
sustantivado, que puede estar elíptico o sobreentendido). Una oración compleja
subordinada adverbial condicional está formada por dos proposiciones de forma
que una de ellas viene regida por una conjunción o locución conjuntiva con
valor condicional; la proposición subordinada puede anteceder o suceder a la
principal, etc.
Las unidades sintácticas se definen,
pues, también por su FUNCIÓN. Ej: la misma forma (un sustantivo) puede
desempeñar distintas funciones (sujeto, complemento directo, aposición, etc.);
una misma oración puede ser una oración simple independiente, una proposición
subordinada sustantiva de complemento directo, etc.
Las unidades sintácticas están
dotadas de SIGNIFICADO. El significado de las unidades gramaticales (sintagmas,
oraciones) es un significado gramatical, cuya referencia se actualiza en la
enunciación. En el sistema de la lengua las unidades gramaticales tienen un
significado codificado (aunque algunas pueden ser ambiguas) y en el uso, pueden
adquirir diferentes significados contextuales y pragmáticos, en función de
diversas intenciones comunicativas. El significado de las estructuras complejas
NO ES CASI NUNCA UNA SUMA DE SIGNIFICADOS PARCIALES, ES UN SIGNIFICADO GLOBAL
que proviene de relaciones complejas entre sus componentes.
Ej: Si unimos las proposiciones
Él es sensible // Él es director de cine
mediante
las conjunciones O, Y, AUNQUE, o PORQUE en cada caso, estaremos formando
estructuras sintácticas cuyo significado global es disyunción, adición (suma),
concesión o causa, respectivamente. Pero, además, la presencia de esas
conjunciones puede modificar las presuposiciones semánticas de sus oraciones
formantes. Él es sensible porque es
director de cine implica un concepto previo de la sensibilidad de los
directores de cine radicalmente opuesto a Él
es sensible aunque es director de cine.
Las unidades sintácticas hay que
estudiarlas también en la diversidad de USOS LINGÜÍSTICOS. Es preciso
distinguir entre las estructuras sintácticas como sistema de la lengua de su
realización en situaciones concretas de comunicación, donde hay elementos
contextuales, donde podemos establecer una diferenciación de usos lingüísticos,
unos codificados y otros ocasionales. Esos usos determinan la REFERENCIA y el
SIGNIFICADO PRAGMÁTICO de las construcciones empleadas en la lengua escrita y
en la oral. Ej: Hay construcciones condicionales más propias de la lengua
coloquial (De haberlo sabido, no habría
venido) que de la lengua escrita culta (Considerando
los antecedentes, debemos abstenernos). De esta forma, podemos distinguir
entre las unidades de sistema y su realización en situaciones comunicativas
dadas, así como las condiciones de adecuación de los distintos niveles de
estudio:
UNIDAD
DE SISTEMA REALIZACIÓN ADECUACIÓN
|
TEXTO DISCURSO TEXTUALIDAD
ORACIÓN ENUNCIADO GRAMATICALIDAD
|
Dentro del nivel oracional, podemos distinguir la oración
propiamente dicha, de la proposición (o cláusula) y el sintagma. Una oración
puede ser simple o compleja y se diferencia formalmente porque está separada
por puntos. Una proposición es una estructura subordinada o coordinada dotada
al menos de un SN[1] y
un SV que forma parte de una oración.
2.1.2.
Las funciones sintácticas
La segmentación y el análisis de
las unidades: En un análisis de
las estructuras oracionales que englobe los aspectos mencionados hasta ahora
hemos de tener en cuenta los cuatro aspectos de los que venimos hablando:
1)
El aspecto formal:
De qué categoría se trata: SN, SV, Oración simple, compleja, etc.
2)
Las funciones
sintácticas (sujeto, complemento directo, complemento indirecto,
complemento circunstancial).
3)
Las funciones
semánticas (agente, causa, consecuencia, finalidad, etc…), así como otras significaciones
que pueda tener la unidad sintáctica (las modalidades enunciativa,
interrogativa, desiderativa, exhortativa, etc.), los significados globales
de una oración (amenaza, aserción, reproche, etc.)
Hay que tener presente la relación entre significados y
formas sintácticas, porque la oración, definida como una estructura sintáctica
dotada de sentido es una unidad gramatical que tiene funciones significativas y
una estructura articulada, integrada por constituyentes de diversa complejidad
que componen una representación semántica.
4)
Los usos de esas unidades sintácticas. (Qué estructuras pertenecen a
la lengua común, cuáles son locuciones o expresiones idiomáticas de la lengua
coloquial o qué expresiones son más propias del lenguaje literario o
científico).
3. Terminología
gramatical
En
este tema de didáctica de la gramática tenemos que plantear el problema de la
metalengua en la enseñanza de la gramática.
Lo
primero que debemos distinguir es la diferencia entre los conceptos teóricos
que el alumno debe aprender y los que simplemente desempeñan una función
instrumental. Por tanto, fijamos la cuestión en qué términos tiene que aprender
de gramática una persona culta no especialista en lengua: las palabras de uso
más común en la lengua y las que sean imprescindibles para las finalidades
prácticas de la enseñanza de la gramática. Por ejemplo: nombre, adverbio,
oración, causales, consecutivas, etc. son conceptos operativos imprescindibles
para actuar con la lengua. Entrar en otros tecnicismos como objeto de enseñanza
de la gramática es más discutible. Por este motivo, pensamos que la
terminología gramatical, aunque forme parte del fondo de las explicaciones y de
muchos ejercicios, no debe ser el objeto de la evaluación en la enseñanza de la
lengua y que, en todo caso, debe tener un carácter instrumental.
Lo
segundo y deseable es que hubiera una unificación terminológica en la
enseñanza, para la que ya el MEC ha hecho esfuerzos en las últimas décadas. Las
controversias entre escuelas, las diferentes traducciones del mismo tecnicismo y
las variables modas han impedido que se llevara a cabo esa unificación
terminológica en los libros de texto. Ante este problema de falta de acuerdo terminológico,
el profesor debe optar por la terminología más extendida o al menos ser
consciente del problema y tratar de comprobar qué conocimientos previos tienen
sus alumnos.
Por
otro lado, la terminología o forma de notación de un análisis sintáctico (que puede
llegar a N-núcleo-; N-nombre; MD-modificador directo; CN-complemento del
nombre, etc. no es lo más importante. Ya que, más que el etiquetado
lo importante es sacar el jugo a la lengua. Es más importante llevar a cabo
ejercicios que sirvan para usar el idioma más correctamente, entender su
significado y expresarse con más riqueza que acostumbrarse a etiquetar los
segmentos sintácticos, práctica bastante habitual y de dudosa utilidad si se convierte
esta práctica didáctica en un fin en sí mismo.
Los
problemas de la terminología en la enseñanza, que ya han sido estudiados en el
tema 1 en el citado libro de Eguren, obligan al profesor a tener un bagaje
claro al respecto. Para ello, es conveniente tener a mano las siguientes obras:
-
Diccionario de términos filológicos.
Fernando Lázaro Carreter. Gredos. Es una obra útil para todos los conceptos de
la filología “tradicional”.
-
Diccionario de Lingüística. Dubois.
Alianza Editorial. Útil para el estructuralismo europeo y también incorpora
algún aspecto de lingüística del discurso. Sus artículos son largos y prolijos.
-
Diccionario de Lingüística de la
Editorial Anaya. Ramón Cerdá. Es una obra breve, útil por sus definiciones y
ejemplificaciones. Contiene una visión panorámica de diversas escuelas
lingüísticas.
-
Diccionario de Lingüística de Georges
Mounin. Un diccionario muy completo de lingüística estructural.
-
Diccionario de Lingüística. Editorial
Cátedra. Theodor Lewandowski.
Incluye términos y conceptos más actualizados que los mencionados
anteriormente.
Finalmente,
hemos de tener presente la distinción entre metalengua instrumental y
metalengua objeto de estudio en la enseñanza y en la evaluación, para lo cual
es conveniente que el profesor distinga entre los conceptos que deben aprender
los alumnos y la terminología, que es como una música de fondo, pero que no es
objeto central de la enseñanza y, por tanto, de la evaluación.
4.
Didáctica de la gramática
Tendencias actuales y
tradiciones en la enseñanza de la sintaxis
La tendencia actual en enseñanza de
la gramática (véase el currículo oficial) en teoría es integrarla en el
desarrollo de la competencia comunicativa, aunque sin desarrollar siempre
claramente cómo hacerlo. El llamado “enfoque comunicativo” tiene ya amplia
tradición en la enseñanza de idiomas, donde ha presentado propuestas
interesantes aunque también algunas realizaciones discutibles[2].
Por otro lado, sigue pesando en la
enseñanza media en la actualidad el análisis morfológico y sintáctico clásico
que deriva de una ya larga tradición teoricista. Nuestra tesis es que ese tipo
de estudio sigue siendo necesario, pero no se puede quedar sin más en un
análisis formal, desaprovechando todas las posibilidades de aplicación al
desarrollo de las destrezas y capacidades lingüísticas.
Las
aplicaciones didácticas de la gramática pueden ser muy diversas. Desde la corrección
gramatical, la formación de oraciones, cómo adjetivar, cómo construir una
oración y modificar sus valores, cómo entender un texto haciendo una
segmentación que tenga en cuenta forma, función y significación, cómo valorar
los significados estilísticos, cómo integrar la gramática generativa (las
transformaciones, las restricciones selectivas), cómo integrar el
estructuralismo (el método de la conmutación), la pragmática, etc.
Teoría y práctica de
la gramática
A la hora de enfocar la didáctica de la gramática, tenemos
que volver a la necesidad de relacionar los aspectos prácticos de la lengua
combinados con la teoría. Todo aprendizaje teórico se tiene que traducir en el
uso del idioma para tener verdadera utilidad en una enseñanza no destinada a
especialistas.
La gramática no es sólo un
repertorio de formas
La
gramática no es sólo un repertorio de formas, funciones y relaciones. El
formalismo y el etiquetado han lastrado el análisis sintáctico que se ha
explicado en España. La gramática es la estructura que da sentido a los
mensajes que elaboramos y a los que entendemos: es el esqueleto de la expresión
y un instrumento fundamental para la comprensión.
La gramática y la corrección
Para algunos autores, la
principal aplicación práctica de la gramática en la enseñanza de una lengua es
enseñar el nivel correcto de lengua. Es un hecho
que el aprendizaje de la gramática ha
estado tradicionalmente ligado a la corrección lingüística, asunto que no debe pasarse
por alto, pues es de la mayor importancia, como veremos en todo lo tocante a la
norma lingüística. En esta línea deben tenerse presentes nociones como la
oración gramatical, el uso de los signos de puntuación, las diferencias
gramaticales en los distintos niveles y registros, etc.
4.1. La competencia comunicativa y la competencia
gramatical
La
enseñanza de la gramática en la actualidad está orientada al desarrollo de
competencias comunicativas, pero es necesario considerar, en coherencia con la afirmación
realizada por Victoria Escandell de que los datos de la gramática y los de la
pragmática son interdependientes, que ambas competencias (lingüística y
pragmática) son también interdependientes.
La realidad de la competencia
comunicativa (como competencia global, no opuesta a la competencia lingüística)
incluye tanto el conocimiento de la lengua como el dominio del habla; se
refiere, por continuar con los términos chomskyanos, tanto a lo que en Aspectos
de teoría de la sintaxis se definía en términos de competencia como a la
actuación. Desde el punto de vista
cognitivo, decir que la lengua equivale a la actuación es tan inexacto y
excesivo como decir que un sistema lingüístico se reduce sólo a las puras
formas, recciones y relaciones.
Dentro
de esta visión de la competencia comunicativa como una competencia integradora
de todos los componentes que intervienen en saber usar la lengua, la
competencia gramatical se puede entender de una forma más amplia que la
competencia lingüística propiamente dicha: al conocimiento de las reglas de la
gramática que permiten formar las oraciones gramaticalmente bien formadas y
semánticamente interpretables hay que añadir otras capacidades relacionadas con
usar la lengua según los contextos sociales (competencia sociolingüística),
adecuar la expresión a las necesidades del discurso (competencia discursiva) y
valerse de los recursos necesarios para suplir las carencias (competencia
estratégica). Es decir, una persona aprende a dominar un idioma no sólo cuando
conoce y sabe usar las estructuras gramaticales de una lengua, sino también
cuando sabe qué tiene qué decir en una situación dada -más o menos formal,
según quiénes sean los interlocutores-, qué tiene que callar, cómo tiene que
decirlo, qué gestos y otros recursos quinésicos o paralingüísticos tienen
significado, qué registro ha de emplear en cada contexto extraverbal, etc.
Pero,
por otro, también hay que admitir que sin un conocimiento de las estructuras
codificadas no sería posible sistematizar las significaciones oracionales.
Estos
hechos nos llevan, desde un punto de vista metodológico, a replantearnos el
estudio de la sintaxis como un mero etiquetado, una mecánica o una simple
segmentación sin un análisis semántico, de forma que sea preciso analizar
sistemáticamente las estructuras morfosintácticas en relación con su
significado, aunque se reconozca que son dos niveles de estudio que no siempre
tienen por qué coincidir.
Didácticamente,
la gramática es como un manual de instrucciones sobre cómo entender y usar la
lengua. Debemos seleccionar todos aquellos aspectos de la gramática
científica –y sólo ellos- que nos ayuden a emplear un idioma.
|
Pero
la aplicación más concreta de una gramática combinada con un enfoque
comunicativo[3] es
servir de herramienta para el desarrollo de las destrezas y capacidades
verbales, que hagan posible el estudio de la lengua como una actividad práctica
e instrumental. De esta forma, esta gramática es como un manual de
instrucciones sobre cómo entender y usar la lengua. Y para la consideración
didáctica de este tipo de gramáticas hay que plantearse varias vías:
- El conocimiento de la
correspondencia entre estructuras lingüísticas y significaciones. Aquí cabe
incluir asimismo dos puntos de vista, ya mencionados al hablar de la Gramática
de Matté Bonn:
a) una visión semasiológica,
que vaya desde las estructuras sintácticas hacia su significación (y que
coincide con los enfoques más tradicionales de la sintaxis);
b) y otra visión más
onomasiológica, que parta de los significados y nociones de una lengua,
tratando de encontrar su correlato en las formas y estructuras. A esta visión semántica,
pragmática o «comunicativa», que partiría de las funciones semióticas y
sistematizara las estructuras de una lengua, no a partir de las formas, sino
tomando como primera instancia los significados, tanto en su codificación
gramatical como en su codificación pragmática. Coincidiría en parte con lo que
en la enseñanza de idiomas se ha denominado gramática nocional-funcional.
- La aplicación del estudio de
las estructuras sintácticas al análisis semántico de los textos y expresiones
lingüísticas. El análisis de nociones como la cuantificación, la duda, la
causa, etc. permiten dotar de unos instrumentos sistemáticos para la
comprensión textual de las intenciones comunicativas de los hablantes
(codificadas y en contexto) y de los significados de unidades superiores al
lexema o palabra.
- La aplicación a la
composición de textos. En aquellos casos en los que la composición de textos
vaya acompañada de un plan textual, el análisis sistemático de las funciones
comunicativas permite disponer de un inventario de posibilidades comunicativas
para la expresión de nociones como la finalidad, el deseo, la hipótesis, etc.
que facilitarán la identificación, práctica y uso de esos recursos que la
lengua posee con objeto de dominarlos en la creación de textos escritos y
orales.
4.2.
Crítica de formas poco útiles de estudiar la gramática
No entendida como un dogma ni una receta, sí es preciso que
el profesor defina cómo llevar la gramática al aula y cómo no llevarla. Es imprescindible
replantearse cuál es la aplicación y la utilidad real de la sintaxis en el aula
tal como se estudia.
A tal fin interesante plantearse la validez
de ciertas formas de estudiar la gramática, no por muy extendidas, carentes de
rentabilidad para sacar partido de todas las aplicaciones que tiene el estudio
de las estructuras gramaticales en la escuela.
He aquí algunas de las críticas que
podemos formular a la forma de enseñar la gramática en las que podemos caer en
clase:
- Las formas
rutinarias, mecánicas y repetitivas de estudiar la gramática:
-
El
mecanicismo. Hacer ejercicios sin una reflexión ni aplicación sobre el uso de
la lengua.
-
El etiquetado.
Mero análisis formal y segmentación de unidades sin acudir al sentido ni
aplicar conmutaciones ni transformaciones.
-
Prescindir de
la semántica (o sea, de la significación) de las unidades gramaticales.
-
No tener en
cuenta la relación entre oración y texto.
-
Los ejercicios
reiterativos y monótonos.
-
No emplear la
gramática como instrumento para escribir, expresarse y comprender.
4.3.
La gramática en el aula de secundaria y bachillerato
La enseñanza de la sintaxis es una pieza clave en el aprendizaje
lingüístico, no sólo en la llamada "reflexión sobre la lengua", sino
sobre todo, por su carácter instrumental, es decir, práctico y aplicado. En la
enseñanza, la “reflexión” ha de ir ligada al uso. En la enseñanza primaria y en
la secundaria no se trata de formar gramáticos, sino buenos hablantes y para
ello la sintaxis es una herramienta básica, al ser el esqueleto de la lengua. De
esta forma, la llamada reflexión sobre la lengua ha de consistir en que un
saber inconsciente se convierta en un saber consciente de aquellas
construcciones que el alumno ya controla[4]. Y, además, de la
ampliación de las estructuras gramaticales que el alumno no domina porque
forman parte de registros y niveles que no son los de la lengua común.
Cómo y para qué enseñar
sintaxis. [5]
La
sintaxis ha de enseñarse de forma razonada, relacionándola con la semántica,
sin memorismos ni fórmulas puramente mecánicas y para ponerla en
funcionamiento, no como un mero ejercicio filológico.
Para
ello es necesario dinamizar la
gramática, hacerla práctica y acercarla al dominio efectivo de la lengua como
instrumento de comunicación.
El ejercicio
lingüístico en la clase de gramática
El
instrumento para el fin antes definido es la realización de ejercicios
lingüísticos programados, graduales y elaborados para desarrollar las
capacidades verbales que recogen los programas oficiales.
El
modelo de ejercicio gramatical no es en sí una estricta novedad, ya que tiene
una amplia tradición en la bibliografía española, aunque no siempre se ha hecho
de una forma sistemática. Desde el curso de redacción de Martín Vivaldi[6],
a libros como la Teoría y práctica de la sintaxis, de Gómez Torrego en
Alhambra, o el de F.Marsá (Nuevos modelos para el ejercicio lingüístico. Ariel),
la parte práctica de los libros de texto de Fernando Lázaro Carreter, e incluso
la influencia de los métodos de español como lengua extranjera, hay en la
bibliografía de estudio práctico de la lengua unas fuentes y aportaciones de la
mayor utilidad para estudiar sistemáticamente la práctica del idioma.
Dentro
de este campo ya hemos destacado la utilidad de las transformaciones, tanto de
la gramática generativa, como de la conmutación estructuralista, para la
redacción.
La
sintaxis completa es una forma de ejercitar la lengua culta -tan alejada
habitualmente del habla de los alumnos-, superando el lenguaje coloquial,
caracterizado por la estructura sincopada, entrecortada.
Pese
a que la gramática no es sólo un repertorio de formas, no debemos descuidar
conceptos esenciales, como la distinción entre categorías y funciones. Es una
distinción básica que debe formularse.
Vincular
sintaxis y semántica es poner el estudio de la gramática de esta forma al
servicio de la comprensión lectora y de la expresión escrita.
Hay
que combinar análisis y síntesis. Por eso coincidimos con G.Torrego en que tan
importante es el análisis [descomposición de elementos, segmentación,
categorías y funciones, conmutación], como la síntesis, es decir, formar
oraciones a partir de esquemas sintagmáticos.
Son
interesantes también las aplicaciones a la puntuación. La sintaxis es la base
de la delimitación de unidades de contenido en la cadena hablada y en la
secuencia escrita. Estos principios también se aplican a la entonación.
En
la metodología, proponemos superar el mero ´etiquetado´, sustituyéndolo por la
deducción lógica y el razonamiento verbal.
El Sintagma Nominal
Lo más interesante del S.N. es ver las aplicaciones
de su estudio para la comprensión escrita y para la redacción.
En
primer lugar, la noción de sintagma como unidad funcional [de gramática y de
significación] equivalente casi siempre a un nombre complejo es esencial para
la segmentación sintáctico-semántica de las oraciones, lo que constituye ya un
elemento formal y sistemático en la técnica del resumen. Para ello, siempre que
sea posible, la conmutación y las transformaciones son un instrumento básico
para comprender el sentido y la referencia de los S.N. El resumen de textos
conceptuales puede hacerse encontrando -siempre que no haya vacíos léxicos- el
nombre abstracto, sinónimo o hiperónimo, según los casos, que englobe el
significado global del S.N.
Igualmente
es esencial el aprendizaje del vocabulario abstracto a partir del proceso de
derivación y mediante una definición fraseológica que dé cuenta de los rasgos
genéricos y específicos de los términos abstractos del vocabulario común.
Desde
el punto de vista de la expresión, la expansión del sintagma nominal y las
diferencias expresivas, semánticas y estilísticas de sus modificaciones, es un
instrumento muy útil para la técnica de redacción. Los ejercicios de
transformaciones de grupos nominales, de oraciones de relativo, para variar el
estilo, ser más sintético o más analítico, etc. son ya clásicas desde el citado
"Curso de redacción", de Martín Vivaldi, en los años cincuenta.
El verbo
El
verbo es una categoría gramatical esencial en la formación lingüística e
idiomática de los estudiantes, que se debe estudiar sistemáticamente.
En
primer lugar, todos los alumnos deben conocer las formas de la conjugación
española y después, distinguir formas, usos y valores de los "tiempos
verbales".
En
este último punto, se trata tanto de reconocer los valores de las formas
verbales como de usarlas adecuadamente. Para ello, se hace esencial que los
alumnos distingan los valores de las formas verbales característicos de los
distintos tipos de escrito (los tiempos de la narración, los tiempos de la
descripción, etc.).
Para
ello, un procedimiento eficaz es recurrir a los ejercicios de conmutación,
sustitución de formas verbales, transformaciones de presente a pasado, etc.
El
análisis de los valores sintácticos del SV lo incluiremos dentro del apartado
de las aplicaciones didácticas de la sintaxis. Ahora bien, al igual que con el
S.N., es fundamental para la comprensión lectora distinguir las funciones
sintácticas y semánticas de los elementos nucleares y adyacentes del S.V., así
como dominar los distintos procedimientos estructuradores del S.V. en la
composición de textos, mediante la condensación o expansión de los mismos y
mediante la utilización variada de los distintos procedimientos expresivos de
las diferentes informaciones aparecidas en el S.V.
4.4.
Análisis sintáctico
Ya hemos hecho tanto una defensa como una crítica del
análisis sintáctico en la enseñanza, así como de la relación entre dicho
análisis y la formación de oraciones. El análisis sintáctico ha de
formar parte de los conocimientos de todo escolar, pero no se debe quedar ahí:
hay que ir más allá, explotando al máximo sus posibilidades de mejorar todas
las destrezas verbales.
Segmentación,
unidades y funciones
Tipos
de oraciones
Según la intención
comunicativa del emisor al producir el mensaje (modalidades oracionales)
·
Enunciativas:
o
Afirmativas
o
Negativas
·
Interrogativas:
o
Totales
o
Parciales
o
Directas
o
Indirectas
·
Exclamativas:
·
Imperativas y
exhortativas
·
Dubitativas
·
Desiderativas
Según la estructura
de la oración
·
Simples
·
Compuestas o
complejas
o
Coordinadas
Copulativas:
Adversativas:
Disyuntivas:
Distributivas:
Explicativas:
·
Subordinadas
·
Sustantivas:
(de sujeto, CD, complemento de régimen, etc.)
·
Adjetivas:
(especificativas, explicativas, con o sin antecedente expreso, etc.)
·
Adverbiales:
o
De lugar,
tiempo y modo
o
Condicionales,
consecutivas, causales, concesivas y finales.
Según la entonación
codificada en la lengua escrita
·
Enunciativa
·
Interrogativa
·
Exclamativa
Según el tipo de predicado:
·
Oraciones
atributivas, ecuativas, predicativas y semipredicativas
·
Pasiva y pasiva-refleja
·
Activa:
·
Transitivas
·
Intransitivas
Según la presencia o
ausencia de pronombre personal átono
·
Pronombre con
función sintáctica
·
No reflexivas:
·
Reflexivas:
·
Recíprocas:
·
Pronominales,
pronombre sin función sintáctica
4.4.1.
El orden de elementos
El
orden de los elementos en la oración: valores semánticos y estilísticos.
El
SN y el SV: orden lógico, tematización, énfasis y focalización.
4.5.
Gramática comunicativa.
Una de las falsas dicotomías en la
enseñanza de lenguas modernas ha sido la que ha ocupado durante mucho tiempo a
los especialistas entre una enseñanza basada en un método gramatical (al que se
tildaba de formalista y estructuralista) y un método comunicativo. Esta
distinción en general se considera superada, aunque haya quien todavía defienda
el enfoque comunicativo prescindiendo de la gramática o quienes sigan enseñando
la gramática sin relacionarla con sus aplicaciones para los usos prácticos.
Como plasmación del enfoque
nocional-funcional del aprendizaje de la lengua, surgen en Europa gramáticas
que parten de la relación entre las formas gramaticales y las funciones
comunicativas que estas puedan desempeñar. Los antecedentes más importantes se
registran en el Reino Unido y en Francia. En España destaca la Gramática
comunicativa de F. Maté Bonn, aunque también podemos anotar otros estudios
parciales en esta dirección, como los repertorios de funciones comunicativas
del español[7] y parte
de los contenidos de los propios manuales de español como lengua extranjera,
que desarrollan parcialmente aspectos de gramática comunicativa.
Hay gramáticas comunicativas que se
han desarrollado en francés (Charaudeau: Grammaire du sens en français, que es
muy onomasiológica, parte de las nociones y los significados y asigna para cada
uno de ellos las formas correspondientes. Y la del inglés, debida a G. Leech.
Gramática comunicativa del inglés: “Communicative grammar in English”, que
combina el enfoque onomasiológico, aunque también incluye aspectos pragmáticos
y las variedades de la lengua. La gramática comunicativa de Matte Bonn, como ya
hemos apuntado antes, tiene una doble entrada onomasiológica (partiendo del
concepto, la idea o el significado se va a las formas) y semasiológica
(partiendo de las formas se va a los significados.
Las
bases y los materiales para
elaborar una gramática comunicativa completa del español aún están por hacer.
Porque una gramática que sea un manual de instrucciones para el uso de la
lengua no es sólo una gramática onomasiológica y semasiológica, sino una
gramática que tenga en cuenta las funciones comunicativas del español (pedir,
mandar, sugerir, etc.) y sus exponentes funcionales. Esa gramática todavía no
está escrita por completo en la lengua española. Es una tarea pendiente.
No es exactamente lo mismo que la gramática de Maté Bonn,
única gramática global que en lengua española responde a esa denominación.
Porque no se trata sólo ni fundamentalmente de hacer onomasiología y
semasiología, sino de definir las unidades a partir de la combinación sistemática
de forma, función, significado y usos, teniendo en cuenta además las
peculiaridades idiomáticas de la lengua española.
La
gramática comunicativa da cuenta de la realidad de los usos la lengua y está
concebida como un instrumento que explicite las reglas que rigen la
comunicación entre los hablantes. Ahora bien, los resultados ofrecidos por una
gramática “tradicional” o descriptiva no son siempre radicalmente diferentes de
los aportados por una gramática comunicativa. A veces es sólo cuestión de
perspectiva.
La
«deconstrucción comunicativa» de la gramática aborda los significados
gramaticalizados habitualmente vistos en la morfosintaxis, pero estudiados
desde el punto de vista semántico -e incluso pragmático- y atendiendo a los
procesos de comunicación, lo que no quiere decir que debamos descuidar el
planteamiento «tradicional» de la gramática. Pues hay que tener en cuenta la
división que se puede establecer entre significado codificado, significado
gramatical y significado pragmático. En puridad, el significado pragmático
incluye todos los demás y sólo los fenómenos comunicativos deducibles por el
contexto y la situación comunicativa y no incluidos en la significación
gramatical constituyen la "novedad" de la pragmática y del enfoque
comunicativo.
De
todas formas, conviene señalar que el nuevo enfoque de estas cuestiones se
atiene más a un planteamiento semántico y pragmático que exclusivamente morfosintáctico
y tiene la ventaja de poder conjugar todos los puntos de vista lingüísticos
para abordar las formas de expresar "contenidos comunicativos" en
lengua española. Si bien esta última afirmación no es un argumento para
descuidar la sintaxis, por lo que siempre habrá que recurrir a las obras
clásicas de la gramática, aunque su enfoque didáctico persiga la expresión de
determinadas ideas.
La
gramática de Matte se inserta dentro de la enseñanza de la gramática influida
por un “enfoque comunicativo". En su
materialización ya hemos visto que se le podría achacar el ser fundamentalmente
onomasiológico y no lingüístico, pues parte "de la idea a la lengua",
pero lo importante es establecer un correlato sistemático entre unidades de
comunicación, de contenido proposicional y de fuerza ilocutiva, por una parte,
con estructuras morfosintácticas, correlación que se produce con cierta
frecuencia.
Lo
que sucede es que esas estructuras nocionales y esas posibilidades expresivas
no se agotan en la morfosintaxis: también hay procedimientos fonéticos,
pragmáticos, etc...
Por
eso, es preciso reconocer, de un lado, que este enfoque comunicativo abre la
puerta al entendimiento de las expresiones y los enunciados lingüísticos desde
un punto de vista semántico y pragmático, de tal forma que el estudiante aborde
los diferentes procedimientos expresivos de los diversos significados
oracionales y las distintas funciones comunicativas, ahondando en la riqueza y
variedad de posibilidades que ofrece el español.
Es
obvio, por lo demás, que la gramática de Maté no agota todos los actos de habla
ni todas las significaciones lingüísticamente acuñadas en la lengua española,
sino solamente algunos de ellos[8].
La
diferencia entre una gramática comunicativa orientada a extranjeros y a nativos
es importante, aunque puede haber intersecciones entre ambas. La primera ha de
partir del principio chomskyano de que deben hacerse explícitos los
conocimientos lingüísticos implícitos –no conscientes ni reflexionados, ni
mucho menos teorizados- los aspectos más genuinamente idiomáticos y diferentes
de la lengua española, muchos de los cuales no habría que explicar nunca a un
nativo (que normalmente tendrá dificultades en las construcciones más cultas,
menos usuales, las más genuinas de la lengua escrita culta). Una gramática
comunicativa para un hablante nativo, sistematizando los mismos datos, tendrá
que hacer más hincapié en las construcciones en las que normalmente fallan los
escolares y que son las propias de la lengua escrita o de la lengua oral culta.
Clasificación de las categorías gramaticales
Al hilo de estas gramáticas
comunicativas, conviene hacer algunas observaciones. Son diversos los criterios
de clasificación de las categorías gramaticales:
Morfología/funcional.-
Podemos clasificar las “clases de palabras” por su flexión y por sus funciones
sintácticas (nombres, adjetivos, verbos, etc.)
Paradigmática/sintagmática.-
Podemos incluir las categorías según los paradigmas a que pertenecen y sus
posibilidades combinatorias (los determinantes; el artículo, el subjuntivo y la
oposición ser/estar como oposiciones poliparadigmáticas[9]
Onomasiología/semasiología.-
Se puede estudiar el [mandato] en español y ver cómo se categoriza o estudiar
los valores de [como] en los distintos contextos en que aparece.
Significado
categorial.- Desde un punto de vista semántico se pueden estudiar los distintos
clasemas (semas genéricos asociados a una categoría) que identifican una
categoría gramatical. Por ejemplo, en el verbo podemos hablar de acciones,
procesos, eventos, logros, etc.
Siempre es conveniente
subrayar y en la enseñanza tanto de una lengua nativa como de una segunda
lengua (en este último caso más, porque ha de tener en cuenta de alguna forma
el análisis contrastivo) que las categorías de la gramática no tienen por qué
coincidir necesariamente con las categorías del mundo; son categorías
idiomáticas de captación de la realidad y no siempre son universales. Tengamos
en cuenta aquí la diferencia que se establece entre cronología y perspectiva
para analizar los valores temporales de las formas verbales estudiadas en
cualquier gramática española.
Un
estudio de la gramática de una lengua que no se limite a un repertorio de
formas, paradigmas y reglas y que quiera servir para el usuario ha de incluir
los siguientes componentes y entidades gramaticalmente relevantes:
a) Un repertorio de formas. El reconocimiento de las formas es el primer
aspecto esencial para poder entender e identificar los componentes de la
gramática de una lengua. En este apartado es esencial distinguir la
segmentación de las unidades (sintagmas, expresiones idiomáticas, locuciones,
perífrasis léxicas, colocaciones, etc.)
b) Unas reglas de selección, orden de palabras, compatibilidades,
combinaciones y restricciones combinatorias entre las formas.
c) Una descripción de las funciones de las formas estudiadas: si son
nucleares, complementarias, si determinan o modifican dentro de la oración o
del texto (si son adverbios, marcadores textuales, etc.)
d) Su significado. No se pueden estudiar las formas, las combinaciones y
las funciones sin saber lo que significan. Una gramática de base semántica es
fundamental en un enfoque comunicativo de la enseñanza.
e) Sus usos. Toda lengua implica una variedad (diafásica y diastrática
para nuestros intereses) y el estudio de una forma debe ir acompañado del
conocimiento de en qué registros, situaciones o funciones comunicativas se
estudia. Por ejemplo, si se estudian las oraciones condicionales, es
conveniente aclarar que DE + INFINITIVO es una construcción propia de la lengua
hablada y de un registro informal, coloquial; mientras que EN EL SUPUESTO DE
QUE + SUBJUNTIVO es una construcción culta, más propia de la lengua escrita,
que rara vez y nunca en la lengua coloquial se emplea en el español hablado.
Las relaciones entre los exponentes funcionales que en
español se utilizan de forma sistemática (en sus distintas variedades) y las
funciones comunicativas es un asunto del que debe ocuparse la gramática
comunicativa.
Es preciso tener en cuenta que desde
un punto de vista pragmático los exponentes funcionales pueden desempeñar (en
ciertos contextos y bajo ciertas circunstancias) las más diversas funciones
comunicativas. Así, una oración interrogativa puede ser una pregunta, una
ironía, una orden, un reproche, una sugerencia, un consejo, etc. De estos usos
una gramática debería dar cuenta de cuáles están codificados y cuáles no en la
lengua española.
4.6.
Gramática de base semántica
Gramática y significado.-
La gramática sin relación con
el significado, tal como se ha entendido en algunos planteamientos teóricos,
nos hace perder una perspectiva muy importante para el aprendizaje de una
lengua con fines prácticos. Tal como la define Morris -mera relación de las
formas entre sí- es una consecuencia del dogmatismo formalista de Bloomfield y
no da cuenta de cómo funciona la comunicación en las lenguas naturales, de cómo
se articula la relación entre la forma y el sentido.
Esa
visión meramente formalista -distribuciones y constituyentes inmediatos- es un
componente necesario en la metodología teórica, pero insuficiente para dar
cuenta de cómo se articula el significado sistemático.
Didácticamente,
para mejorar la comprensión y la expresión, la gramática sin acudir al
significado es un repertorio de formas que resulta de escasa utilidad..
Hay
que decir que la gramática, como recuerda Coseriu, es el significado
sistemático. O, en expresión de Gutiérrez, es el significado codificado. En un
modelo teórico de gramática, la sintaxis puede incluir el componente semántico
como interpretativo o como generativo, puede distinguir entre el significado
gramatical de las oraciones y el significado pragmático, textual, actualizado o
intencional de los enunciados, pero tiene que construir una teoría del
significado de las expresiones lingüísticas, pues, de lo contrario, no estará
describiendo ni explicando un fenómeno esencial: que los hablantes asocian a
cada oración una interpretación, además de unos usos, valores sociales,
connotaciones contextuales, etc. Dicho de otra forma, que cuando los hablantes
de la lengua reciben o emplean una estructura sintáctica están captando o
construyendo, respectivamente, un significado global, relacionado con su
intención comunicativa.
De
la misma forma, una descripción gramatical tiene que contar también con el
elemento pragmático. Así, también es precisa una gramática de base pragmática,
que tenga en cuenta el papel de los interlocutores en la comunicación. Algunos
de los elementos pragmáticos de la gramática son: acto de habla, función,
significados, efectos expresivos, relevancia, etc. Es preciso considerar,
además, que existe una codificación de los valores pragmáticos asociados a las
estructuras oracionales, de la misma manera que hay valores semánticos que sólo
pueden interpretarse en contextos particulares y en situaciones particulares de
comunicación. Por otro lado, es conveniente tener en cuenta la relación entre
la gramática y otras disciplinas lingüísticas conexas, pues, como señala
Victoria Escandell, los datos de la gramática y la pragmática son complementarios.
Realmente, una gramática de base
semántica, lo que en metodología de la enseñanza de las lenguas modernas se
asocia al análisis nocional-funcional, es una variante o componente de la
citada gramática comunicativa. No es sólo onomasiológica. Es un repertorio de significados gramaticalizados y significados pragmáticos.
Para ello deberá dar cuenta de la relación entre dichos significados y las
formas que les corresponden en la lengua española.
A veces no es fácil distinguir nociones de funciones
comunicativas, pues el significado de las expresiones lingüísticas está muy
vinculado a su aspecto pragmático.
4.7.
Gramática y destrezas comunicativas. Aplicaciones de la
gramática para el dominio y perfeccionamiento del uso de la lengua.
Con todo lo dicho hasta ahora, podemos subrayar que la
gramática se ha de enseñar desde un punto de vista eminentemente práctico, a
través de ejercicios lingüísticos graduados, de forma que se entienda que el
estudio de las estructuras gramaticales no es un fin en sí mismo, sino que
tiene un carácter instrumental.
De esta forma hay que ver que el análisis sintáctico ha de
ponerse en relación con la formación de oraciones. Se han de estudiar las aplicaciones
de la gramática para el dominio y perfeccionamiento del uso de la lengua.
La gramática guarda una estrecha
relación con las destrezas creativas; la gramática al servicio de la creación,
a través de la síntesis oracional, de la realización de transformaciones,
conmutaciones, etc.
La gramática también está en relación
con la comprensión. El análisis semántico de las expresiones lingüísticas nos
acerca a su significado codificado. Contextualizadamente, nos permite estudiar
su significación pragmática.
La
gramática al servicio de las destrezas comunicativas (redacción, comprensión
lectora, expresión oral y comprensión oral) la vamos a ver a través los
múltiples ejercicios lingüísticos al respecto, de los que damos una muestra en
este tema y también en el tema 8.
4.8.
La gramática y los usos de la lengua. Gramática diasistemática. Hacia una
gramática de la variedad lingüística
Si la gramática es una descripción
de los usos codificados de una lengua, hemos de tener presente la noción de
variedad: no todas las formas se usan en los mismos contextos ni significan lo
mismo en los mismos contextos. Para nuestros intereses se trata de las
variedades diafásicas y diastráticas de una lengua.
Una gramática diasistemática (que describa sistemáticamente
los usos y la variedad de la lengua) es absolutamente necesaria para ser instrumento
de uso. O al menos un componente diasistemático de una gramática comunicativa.
Será una gramática que tenga en
cuenta la codificación pragmática, es decir, los usos y expresiones que se
asocian a determinadas significaciones y funciones comunicativas, más allá de
las descripciones convencionales.
Sería una gramática que tuviera en cuenta los niveles del
lenguaje y los registros del habla.
Una posibilidad de desarrollar esta
gramática sería hacer una gramática de la lengua coloquial (en cierto modo los
estudios de Ana María Vigara y de A. Briz van en esa dirección), una gramática
de la lengua culta, del argot, etc.
Otra posibilidad de desarrollar esta
gramática sería incorporando siempre a toda descripción gramatical una
información relativa al nivel de lengua al que pertenece esa expresión. De
forma que existiera una anotación para los usos propios de la lengua común y
otras para otros niveles de la lengua.
Por ejemplo, si estamos hablando de
la condición, habrá usos comunes con la conjunción SI, pero las locuciones EN
CASO DE QUE, EN EL SUPUESTO DE QUE sólo existirían en la lengua formal,
mientras que construcciones como DE + INFINITIVO o COMO + SUBJUNTIVO son más
propias de la lengua coloquial.
[1]
Excepción hecha de las oraciones impersonales o de los elementos elípticos o
sobreentendidos.
[2]
Un enfoque exclusivamente comunicativo que excluya la sistematicidad de la
gramática termina no teniendo un hilo conductor claro en el desarrollo de las
destrezas verbales.
[3]
Que no excluya el recurrir a las estructuras sintácticas.
[4]
Las estructuras básicas de la lengua, algunas de una gran complejidad
idiomática.
[5] Véanse Secuencias didácticas para aprender gramática (Graó),
2006 y Gramática en el aula (Graó), 2000, al respecto.
[6]
Cuya última edición es de 2000, pero cuya primera edición tiene más de 45 años.
[7]
GELABERT, M.J., y
otros, 1988,Niveles Umbral, Intermedio y Avanzado. Repertorio de funciones
comunicativas del español, Madrid, SGEL.
[8]
Tampoco los agotan exhaustivamente ni los temas comunicativos de la oposición
para profesores de Secundaria (ni siquiera el temario de oposiciones de las
escuelas oficiales de idiomas) ni el citado repertorio de funciones
comunicativas de Gelabert y otros autores.
[9]
La presencia o ausencia de artículo está determinada por las oposiciones
poliparadigmáticas de sujeto y complemento, en las que, respectivamente, los
valores de [consabido][genérico] dependen de su distribución. Lo mismo sucede
con los valores modales del subjuntivo, que se dan de forma particularizada en
diversas oposiciones poliparadigmáticas.
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